Brochetas de pollo y gambas
INGREDIENTES
- 3 contramuslos, preferentemente del mal llamado pollo de corral, deshuesados y cortados (tu hábil pollero lo hará por ti con afilada destreza)
- 1/4 de kilo de gambones (y aludo a los que venden en el híper, pelados y más congelados que los pies del Yeti)
- 2 dientes de ajo
- Ramitas de cilantro y de hierbabuena
- Sal
- Aceite de oliva
¿SABÍAS QUE...
- El cilantro es una hierba aromática muy querida en México. Su capacidad para eliminar bacterias y hongos ha servido para que acompañe diversos platos desde hace muchos, muchos años.
- Otra aromática de mis favoritas es la hierbabuena, que regala frescura a cualquier plato. ¡No te la pierdas!
- El contramuslo de pollo es la parte de éste más rica en hierro. Por eso, es muy aconsejable que lo coman los niños con anemia.
- Si te digo yodo, tú me dices tiroides, ¿verdad? Esta glándula, que tenemos todos en el cuello, fabrica unas hormonas de gran utilidad para el desarrollo cerebral, el crecimiento, etc. Pues bien, ¿sabes que los gambones contienen mucho yodo? ¿A qué estás esperando?
- Otra curiosidad más. Igual que al vino le viene de perlas envejecer, al aceite de oliva virgen extra le ocurre lo contrario: está más rico después de ser exprimido. Conforme pasa el tiempo, va perdiendo majestad. El buen aceite de oliva, caduca en un año, y sus enemigos principales son el calor y la luz.
ELABORACIÓN
- En un mortero (ya que no te sonará el almirez; con su metálico estruendo despertábamos a las chavalas en la alta noche de mi aldea) machaca con la percusión de Dave Lombardo, el batería que nos atruena, un diente de ajo, la hierbabuena y poquita sal, e impregna a conciencia con esta mezcla, diluida en un chorrito de aceite, los gambones ya descongelados. Procede del mismo modo con el cilantro y el otro diente (mi abuela, que en gloria está, se partía de risa enseñando el páramo de sus encías cada vez que el plasta del cura se explayaba describiendo un infierno en el que todo era llanto y crujir de dientes), y emplea esta mezcla para embadurnar el pollo.
- En palitos de madera inserta, alternándolos, los trozos macerados. Calcula tres brochetas por persona (cuatro si me invitas). A falta de humeante parrilla en fuego de sarmiento, apáñate con la chapa de la plancha o una aceitada sartén. El tiempo de cocción ha de ser tan breve como una partida de Call of Duty (sé que te matan pronto…), de modo que queden doraditas por fuera y jugosas por dentro.
- Un arco iris de lechugas en ensalada bastarán para que demuestres tu habilidad en el aderezo. Y lo demás es lo de menos.