El Hospital Universitario General de Villalba lanza un programa de prevención de la enfermedad renal avanzada
- Este programa, impulsado por la Unidad de Continuidad Asistencial y coordinado con Atención Primaria, utiliza el Big Data para identificar a los pacientes con alto riesgo de padecer esta enfermedad, una de las causas de muerte que más están aumentando y el factor más frecuente para sufrir Covid-19 severa
- La importancia de este programa que, además de la prevención de la enfermedad renal, busca su diagnóstico precoz, radica en la dificultad de su detección, ya que en estadios iniciales se trata de una patología asintomática y, cuando aparecen los síntomas, en fases ya muy avanzadas, estos son inespecíficos
- Con este programa se persigue aumentar progresivamente la conciencia acerca de la enfermedad renal, ya que, aunque un 10 por ciento de la población puede padecerla, la sociedad en general no la suele tener presente
Un 10 por ciento de la población puede padecer enfermedad renal crónica, un problema que aumenta con la edad, ya que la mitad de los mayores de 75 años sufre esta patología. De hecho, al ritmo actual de crecimiento, se estima que para el año 2040 se habrá convertido en la quinta causa de muerte a nivel mundial. Y, antes de que acabe este siglo, será la segunda causa de mortalidad en España.
Con el objetivo de revertir esta tendencia, detectar la patología de forma precoz y ralentizar su progresión, el Hospital Universitario General de Villalba, perteneciente a la red sanitaria pública de la Comunidad de Madrid, acaba de lanzar un Programa de Prevención de la Enfermedad Renal Crónica Avanzada (ERCA) impulsado desde su Unidad de Continuidad Asistencial para realizar conjuntamente con Atención Primaria.
"La importancia de este programa, que además de la prevención de la enfermedad renal crónica avanzada persigue su diagnóstico precoz, radica en la dificultad de su detección, ya que se trata de una patología asintomática en estadios iniciales y, cuando aparecen los síntomas, en fases ya muy avanzadas, estos son inespecíficos", explican los especialistas implicados en la iniciativa.
Asimismo, debido a la pandemia causada por la Covid-19, este programa adquiere una especial relevancia, ya que la enfermedad renal crónica avanzada es el factor de riesgo más frecuente en la población general que ha sufrido el virus de forma severa, y también es el que más aumenta la probabilidad de padecerlo (excluyendo la edad avanzada).
Big Data para la detección precoz
Las funciones clave de los riñones son el filtrado de la sangre para eliminar toxinas e impurezas -el filtrado glomerular- y la producción de una hormona antienvejecimiento llamada Klotho. Concretamente, el Programa de Prevención de la ERCA está destinado a ofrecer evaluación, consejos y, si es necesario, tratamiento personalizado a aquellas personas que tengan una disminución de esas funciones de los riñones o cuyas analíticas reflejen un posible daño en los riñones.
En este sentido, la creatinina en sangre, que se elimina por los riñones y que, por tanto, se eleva cuando estos no funcionan bien, es un indicador incluido en las analíticas realizadas tanto en hospitales como en centros de salud. Ahora, el análisis de esos datos gracias al Big Data detecta a los pacientes con alto riesgo de padecer enfermedad renal crónica.
Los profesionales del centro de salud son quienes revisan esta información y coordinan la derivación del paciente a Nefrología para una valoración adicional que, además, puede ser no presencial en una primera consulta (ya sea vía telefónica o a través de una e-consulta). "Tras el diagnóstico, los profesionales valoran el abordaje terapéutico de la enfermedad renal. Se cura del todo muy pocas veces, pero sí puede ralentizarse su progreso. Lo ideal sería poder evitar la diálisis, que sustituye la función de los riñones", apuntan los nefrólogos.
Cabe destacar que la diálisis es la consecuencia más conocida de la enfermedad renal (unas 64.000 personas están en tratamiento en España), pero también la menos frecuente. Hay una consecuencia menos conocida y más grave: el riesgo de muerte prematura. Y es que la acumulación de toxinas y la no producción de Klotho provoca un envejecimiento acelerado de todos los órganos, fundamentalmente del corazón, de las arterias y de los vasos.
Una importante labor de divulgación
Con este programa se busca, además de favorecer la detección precoz de la enfermedad renal crónica avanzada, aumentar poco a poco la conciencia sobre esta, ya que generalmente la sociedad no la tiene presente: "Sigue siendo muy desconocida, no se conocen las implicaciones", insisten los especialistas.
Por ello, en el Portal del Paciente -aplicación de desarrollo propio- del hospital se han alojado unos breves vídeos informativos en los que explica, entre otros aspectos, la función que los riñones realizan en nuestro cuerpo, qué podemos hacer para mantenerlos sanos, por qué se dañan y cuáles son las consecuencias de este deterioro.
En estos materiales se señala que los casos más habituales de enfermedad renal crónica avanzada son aquellos relacionados con la diabetes, seguidos de la hipertensión. Por tanto, para mantener los riñones lo más sanos posible, se deben tener en cuenta pautas similares a las recomendadas para evitar la diabetes o la enfermedad cardiovascular.
El ejercicio regular, que ayuda a mantener el peso y a la función general del organismo, es un aspecto fundamental, como llevar una dieta equilibrada, así como baja en sodio y en fosfato. "Actualmente hay un exceso de fosfato en aditivos presentes en platos ya preparados y el encargado de eliminar este exceso de fosfato, que supone una sobrecarga de trabajo, es el riñón", se incide en los vídeos. En el mismo sentido, se recomienda, sobre todo, evitar las bebidas carbonatadas, ya que, "además de suponer un alto aporte calórico, tienen una cantidad importante de sodio y fosfatos y no aportan ningún otro nutriente".
Asimismo, es fundamental evitar el tabaquismo, tener controlados los factores de riesgo cardiovascular como la tensión arterial alta, detectar precozmente la diabetes y evitar el consumo de antiinflamatorios, que son tóxicos renales y no deben tomarse si no es bajo prescripción médica.