Alimentación y nutrición, elementos clave en el tratamiento del paciente oncológico
- La Ciudad Deportiva Municipal de Alpedrete acoge hoy la charla "Recomendaciones de alimentación y nutrición en pacientes oncológicos", a cargo de Isabel Higuera Pulgar, dietista y nutricionista del Hospital General de Villalba.
- Higuera: "El asesoramiento y la intervención nutricional debe ser individualizada y adaptada a las diferentes situaciones que suceden a lo largo de toda la enfermedad, y debe tener en cuenta al paciente y permitir que exprese sus gustos, pues la alimentación está muy relacionada con la sensación de cuidado y salud".
Hablar de cáncer ya no es sinónimo de mensajes necesariamente negativos. Afortunadamente, hay mucho que se puede hacer, especialmente en lo que se refiere a su prevención. Y la nutrición es uno de los entornos en los que puede actuarse en positivo. Así lo aseguró Isabel Higuera Pulgar, dietista y nutricionista del Hospital General de Villalba, perteneciente a la red sanitaria pública de la Comunidad de Madrid, que ayer ofreció la charla "Recomendaciones de alimentación y nutrición en pacientes oncológicos" en la Ciudad Deportiva Municipal de Alpedrete.
Y es que, frente a factores de riesgo no modificables como los antecedentes familiares, existen otros que pueden evitarse, como la baja actividad física o la presencia de sobrepeso y obesidad, considerándose por tanto una vida activa, el seguimiento de una dieta equilibrada y el mantenimiento de un normopeso importantes factores preventivos.
A este respecto, prevenir la desnutrición, cuadro relativamente frecuente en función del tipo de tumor diagnosticado en cada paciente, fase de desarrollo y tratamiento aplicado para abordarlo (quimioterapia, radioterapia o cirugía), es uno de los objetivos clave tras la detección de un cáncer. Además, luchar contra la desnutrición reducirá otros efectos asociados a la misma, como el aumento de la estancia hospitalaria y del riesgo de infección tras la cirugía, la disminución de la calidad de vida, la peor tolerancia tratamientos quimioterápicos o la necesidad de programar interrupciones en los mismos.
Para ello, nada mejor que conocer los riesgos de desnutrición asociados a cada fase que el paciente experimenta en función del estadio de la enfermedad y a su experiencia para poder compensarlos con una dieta alimentaria adecuada y personalizada a la necesidad de nutrientes y de consumo de energía de cada individuo. "El asesoramiento y la intervención nutricional debe ser individualizada y adaptada a las diferentes situaciones que suceden a lo largo de toda la enfermedad, y debe tener en cuenta al paciente y permitir que exprese sus gustos, pues la alimentación está muy relacionada con la sensación de cuidado y salud", afirmó Higuera.
En este sentido, comer muchas veces al día en poca cantidad, beber abundantes líquidos, favorecer un equilibrio energético entre los macronutrientes durante las comidas principales, repartir las proteínas en las ingestas a lo largo del día y evitar técnicas culinarias demasiado grasas (fritos, rebozados…) son algunos de los consejos generales que la experta recomendó seguir a los pacientes oncológicos durante el tratamiento.
Para aquellos que sufran de náuseas o vómitos -añadió-, lo ideal es tomar los alimentos a temperatura ambiente, consumir alimentos secos y evitar alimentos grasos, fritos, ácidos, muy dulces o muy condimentados; mientras que para atenuar la distensión gástrica se recomienda beber fuera de las comidas y a pequeños sorbos, masticar bien y comer despacio, usar ropa holgada que no oprima la cintura y reposar tras las comidas.
Todo ello, insiste, individualizando las pautas según los síntomas y cada caso concreto, y huyendo de falsas promesas y leyendas como la existencia de dietas que curan el cáncer o de alimentos, o incluso formas de cocinarlos, prohibidos durante el tratamiento.