La forma en que envejecemos, nuestra salud y nuestra capacidad funcional depende de nuestra estructura genética y de manera importante de cómo nos cuidamos. En este contexto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la actividad física para prevenir muchos de los efectos negativos que tiene el envejecimiento sobre la capacidad funcional y la salud. Con el objetivo de concienciar a las personas mayores sobre la importancia de mantenerse activos, Carmelo Rodríguez, jefe del Servicio de Rehabilitación del Hospital General de Villalba explica que "la actividad física moderada puede retrasar el declive funcional y reducir el riesgo de padecer enfermedades crónicas en las personas mayores".


Para mantenerse activo, continúa Rodríguez, "basta con realizar actividades físicas moderadas, como caminar a paso ligero durante treinta minutos diarios o evitar coger el autobús. Existen otros muchos modos de mantenerse activo como bailar, hacer senderismo, así como otras actividades sistematizadas y regladas como la gimnasia, piscina, Tai Chi, Yoga, etc".

Por su parte, la doctora Nuria El Kadaoui Calvo, Geriatra del Hospital General de Villalba afirma que "envejecer es algo inevitable, pero la manera en que lo hacemos depende de nuestras actuaciones. El ejercicio físico es un pilar fundamental para fomentar el envejecimiento saludable. La edad, no es en absoluto una contraindicación para practicarlo. Mejora nuestra salud, nuestra autoestima y fomenta una mejor adaptación en la comunidad en la que nos desenvolvemos".

Dado que el envejecimiento conlleva riesgos para nuestra independencia funcional debido a que aparecen enfermedades con consecuencias negativas para la capacidad funcional, "la nutrición correcta y el ejercicio físico son decisivos para mantenernos saludables mientras envejecemos", concluye Carmelo Fernández.